Josef Rudolf Mengele nació en 1911 en Baviera.
Hittler aun no existía en la política y
posiblemente asi de intrascendente fuera. Sin Hittler el futuro médico no hubiese sido el angel de la muerte de Auschwitz pero igual
hubiese sido un angel de la muerte.
Josef fue el primero de los tres hijos de los
acaudalados Karl y Walburga Mengele y le siguieron Karl segundo y Alois.
Despreocupado por su posición se va a la
universidad de Frankfurt a estudiar
medicina y luego a la de Munich a estudiar antropología. Sobresale en
ambas así,profesional, rico y exitoso,
se une al partido nazi.
Su padre le heredó la vocación ya que el industrial no
sólo era acérrimo nazi sino que en el 33, ofreció su taller industrial a Hitler para que éste pronuncie un discurso.
El pago del fürer fue hacerle crecer el negocio.
Dos años después,en 1935,Rudolf se recibe de antropólogo en la universidad de Munich con una tesis sobre las diferencias raciales en la estructura de la mandíbula.En esos tiempos de
estudio se convirtió en un antisemita violento que hablaba de la superioridad sobre el judío y oriento sus estudios médicos a la genética.
En el 39, tras entrar a las ss, se casa con Irene
Schonbein con quien tiene un hijo, Rolf.
En 1942, en Rostov, resultó herido en una pierna en el frente
ruso y fue declarado no apto para el combate. Gracias a su comportamiento
brillante frente al enemigo en el frente oriental fue ascendido al rango de capitan de las SS y lo asignaron como médico de campo de concentración y
lo enviaron a Auswitz donde empezaría su carrera criminal, donde comenzaría a
ser el angel de la muerte.
Durante su estancia de 21 meses en Auschwitz el doctor
Mengele alcanzó la fama, ganándose el apodo de el "Ángel de la
muerte". Cuando los vagones de tren repletos de prisioneros llegaban a
Auschwitz II, con frecuencia Mengele esperaba en el andén junto a
otros médicos para seleccionar a los más aptos para el trabajo y la
experimentación, así como quiénes serían enviados inmediatamente a las cámaras de gas.
Mengele se paraba en una rampa frente a las filas e
indicaba con un gesto de la mano quién moría y quién vivía: a la derecha iban
los ancianos, niños, embarazadas y discapacitados; a la izquierda iban las mujeres
jóvenes y hombres de evidente buen estado de salud. Los que quedaban en la fila
de la derecha iban directamente a las cámaras.
Muy pocas veces Mengele demostró humanitarismo
respecto de alguno de los condenados, e incluso mató personalmente a algunos
cautivos por desobedecer las reglas y a las prisioneras que quedaban embarazadas de los guardias a las que mandaba a la cámara junto al bebe.
Muchas veces, en los vagones en que se traía a los
condenados quedaban cadáveres de madres con sus hijos aún vivos en brazos.
Entonces ordenaba lanzar esas criaturas directamente al horno de la lavandería,
para que sirvieran de combustible. Más tarde cambió de actitud: permitió a las
embarazadas dar a luz, pero los bebés nacidos eran confiscados para ir a dar a
una sala de experimentación en otro lugar del campo de concentración.
En muchos casos ordenó que a la madre
parturienta se le vendase el pecho para que no amamantara a su bebé. Recopilaba
datos sobre la muerte por inanición de los infantes.
Pero lo que les importaban eran los gemelos.
Dicho interés radicaba en las profundas influencias inculcadas por Otmar von
Verschuer y sus conceptos de herencia y raza pura y el problema judío era el
núcleo de las discusiones.
A partir del 43 el gobierno nazi comenzó a
subvencionar los experimentos de
Mengele y este comenzó a seleccionar a
los gemelos de los trenes y ubicarlos en barracas especiales donde si bien los trataban mejor que a los
otros judíos eran sometidos a experimentos intentos de cambiar el color de los
ojos mediante la inyección de sustancias químicas en los ojos de niños,
amputaciones diversas y otras cirugías brutales y, documentado al menos en una
ocasión, un intento de crear siameses artificialmente mediante la unión de
venas de hermanos gemelos (la operación fue un fracaso y el único resultado fue
que las manos de los niños se infectaron gravemente). Las personas objeto de los
experimentos de Mengele, en caso de sobrevivir al experimento, fueron casi
siempre asesinadas para su posterior disección.
Solía sacar los ojos a sus víctimas y los colocaba
en una pared como un muestrario de las variedades heterocromas que existían.
Intentó también por la vía química cambiar el color de pelo de los internos
mediante la aplicación de dolorosas inyecciones subcutáneas y en algunos casos
realizó castraciones y experimentos en la médula dejando paralizados a los
intervenidos.
En cooperación con otros médicos, intentó
también buscar un método de esterilización masiva; muchas de las víctimas
fueron mujeres a las que se les inyectaban diversas sustancias, dejando esteriles
a las afortunadas que sobrevivían..
Mengele también realizó experimentos con gitanos y judíos que tenían deformidades, enfermedades
hereditarias como enanismo o down, siameses e incluso con mellizos, viviseccionándolos y sumergiendo luego sus cadáveres en
una tina con un líquido que consumía la carne y dejaba solo los huesos. Estos
esqueletos eran luego enviados a Berlín para mostrar como los judíos eran
deformes.
En 1944, Mengele deseaba un cambio: aunque estaba
orgulloso de sus experimentos, pretendió ascender en el escalafón de las Waffen
SS haciéndose evaluar por un inspector.
El informe destacaba la personalidad,
profesionalidad y celo del deber de Mengele, que le daban méritos para un
ascenso y un nuevo puesto. Sin embargo, por motivos desconocidos, nunca se le
reasignó de Auschwitz. Comenzó entonces a robarse el oro de los implantes dentales de sus sujetos de
experimentos para preparar su fuga.
El 3 de
noviembre de 1944 Menguele envió sus últimos seleccionados a la cámara de gas y
esperó. El 26 de noviembre Richard Baer, comandante de Auschwitz, recibió el
comunicado de desmantelar la instalación reduciendo el numero de asesinatos.
Mengele abandonó el campo el 17 de enero del 45, durante la evacuación , diez días antes de la
liberación del campo por parte de los rusos. Se dirigió al campo
de Gross-Rosen pero ya lo habían cerrado en agosto del 44 y en abril del 45
escapó camuflado como miembro de la infantería regular alemana con
documentos falsos aunque la libertad le duró poco. Fue prisionero de guerra, cerca de Núremberg hasta que resultó liberado por los aliados, que desconocían su identidad, de hecho durante los juicios no se lo mencionó como
genocida sino como médico.
Tras esconderse un tiempo en Baviera se nos vino para Buenos aires en el 49 ayudado por la organización Odessa. Irene no lo siguió y le envió los papeles del divorcio atravez de su padre, Karl.
Como su nombre no estaba mencionado en la prensa y al
parecer la cacería de nazis a él no le alcanzaría pues como médico no lo
culpaban de genocidio, se juzgó libre de sospecha y audazmente volvió a tomar
su nombre original, se inscribió como tal en la guía telefónica de Buenos
Aires y viajó a suiza a visitar a su hijo Rolf en el 56.
Como sus padres seguían teniendo
planta y apoyándolo en los 50 monto una tienda de juguetes y luego una empresa
farmacéutica, la Fadro Farm. Prosperó mucho y se casó con Martha la ex esposa
de su ahora difunto hermano menor Karl..
Al igual que el robo del siglo la impunidad de Mengele acabó por una mujer. Su acta de
divorcio con Irene fue encontrada por un
miembro judío quien dio alerta a Mossad que estaba vivo y en Buenos Aires. Para
desconcierto de sus captores solo por su nombre lo hallaron en guía.
Mengele fue advertido de esta situación por Hans
Ulrich Rudel, un piloto de excelentes
relaciones con Paraguay,y se escapó de Buenos aires con ese destino.
El dictador Stressner lo aceptó de inmediato.
Sin embargo, a partir de entonces Mengele vivió de
manera modesta como inquilino de la familia Auler. Se mantuvo con los
dividendos de la empresa familiar en Alemania y envió a Martha de regreso a
Europa. Paranoico por la captura de Eichman y la persecución del Mossad se movió
constantemente los siguientes 35 años cambiando de identidades.
Increíblemente, ni el Mossad ni Wiesenthal lograron
ubicarlo a pesar de que su hijo Rolf pudo visitarlo una vez e intercambiar
correspondencia.
En el 60 se trasladó a Brasil a vivir como inquilino
de otra familia alemana bajo el nombre
de Pedro Gerhard. No ocultó su pasado nazi. Pero cuando alguna persona muy
cercana le interrogaba sobre su infausto pasado, solía responder que se
limitaba a seleccionar sólo a personas aptas para el trabajo y que no mató a
nadie.
En el 79, su estado de salud estaba en franco deterioro y la
familia alemana que le asistía lo invitó a refrescarse en una playa de
pendiente muy suave llamada Bertioga. Cuando sus amigos se metieron al mar los
siguió pero a los 100 metros , por motivos confusos y extraños, se ahogó, a
pesar de que uno de los amigos llegó pronto a darle auxilio. En cuanto a las
causas de la muerte, se especuló que pudieron ser desde calambres, ataque
cardíaco, mareos, hasta muerte provocada. Lo que causa extrañeza es que Mengele
no sabía nadar.
Fue enterrado en un cementerio en Embu con un nombre
falso, Wolfgang Gerdhard, con la asistencia de su hijo Rolf. Ningún miembro más
directo de su familia asistió.
En 1985, seis años después, sus restos fueron
exhumados e identificados. La identificación de los restos, si bien no fue concluyente en un
cien por ciento, resultó satisfactoria para quienes lo buscaban. En 1992, los análisis de ADN confirmaron finalmente su identidad. Mengele está
muerto. Sus victimas nunca tuvieron justicia pero no eran personas, eran
sujetos de experimentos.
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