“Mañana no vengas. Van
a pasar cosas terribles.” Le advirtió Rafael Solich a Sandra Núñez, el lunes.
Pero el martes 28 de septiembre de 2004 parecía un día normal y tranquilo para
los alumnos del Instituto Nº2 Islas Malvinas de Carmen de Patagones. Ingresaron
a las 7.30 de la mañana al establecimiento y luego de izar la bandera cada
grupo se dirigió a su aula.
Pero en el aula de 1ºB
todo iba a cambiar. Rafael Solich, un
chico de 15 años apodado "Junior", harto del acoso y sometimiento de
sus compañeros, ingresó al colegio escondiendo una pistola Browning calibre 9
mm (perteneciente a su padre, un suboficial de la Prefectura Naval Argentina),
tres cargadores y un cuchillo de caza. Una vez que sus veintiocho compañeros
ingresaron al aula, Rafael se coloco en frente de la clase, tomó el arma y la
descargó contra ellos trece tiros sin mediar palabras. Después de vaciar la
pistola, salió al pasillo, cargó un segundo cargador e hizo un nuevo disparo,
esta vez hacia el kiosquero de la escuela a quien no alcanzó a herir. Siguió su
camino por el pasillo principal de la escuela hasta que Dante Peña, su único
amigo, se le abalanzó y logró quitarle el arma.
Evangelina Miranda
(16), Hernán Federico Ponce (15) y Sandra Nuñez (16), ya habían muerto. Pablo
Saldías, Nicolás Leonardo, Rodrigo Torres, Natalia Salomón y Cintia Casasola,
resultaron gravemente heridos y fueron trasladados a un hospital de Viedma,
donde se recuperaron favorablemente.
Los peritos del caso sostienen que hubo una
planificación del hecho y que los tiros fueron directamente a los cuerpos. “En
la escuela me sentía mal, me cargaban por raro y por el grano que tengo en la
nariz”, confesaría a la jueza Alicia Ramallo, horas después del suceso. Cuentan
sus compañeros que a veces, con sus dedos simulaba un arma y la apuntaba hacia
quien lo estaba burlando. Entrecerraba un ojo como midiendo la precisión del
tiro virtual y disparaba una bala de odio.
La noche anterior a la
masacre, mientras sus padres no estaban, Junior tomó el arma homicida como el
primer paso de una ceremonia que lo terminaría encerrando a él mismo. “Se me
nubló la vista y disparé”, diría ante la jueza. Días después de la masacre,
Ramallo explicó que Junior era consciente de lo que había hecho, que se
arrepentía, pero que no conocía el resultado de su accionar.
Luego de ser declarado
inimputable, Alicia Ramallo, la jueza que llevó el caso, se hizo cargo de su
tutela y lo internó en un centro psiquiátrico juvenil en la localidad de San
Miguel. Pero tras 90 días en el destacamento, lo traslada a un instituto de
menores de máxima seguridad cercano a La Plata, donde vive solo en una celda de
14 metros cuadrados, donde estuvo internado hasta cumplir los 21.Su Progenitor
Rafael Solich (padre) fue condenado a 45 días de prisión por negligencia al dejar
el arma al alcance de un menor y el retiro de su arma reglamentaria.
El destino de Junior
-que fue tutelado hasta 2010 por el área de Niñez de la provincia de Buenos
Aires- hoy se sigue desde el Juzgado de Familia N° 4 de La Plata, a cargo de la
jueza Silvia Mendilaharzo, donde tramita una causa abierta en 2010 -cuando
Junior cumplió 21 años-, que tiene carácter "reservado".
Sin embargo, ni Rafael
Junior Solich ni sus padres pudieron ser hallados desde 2006. La Jueza Ana
María Araujo a cargo del caso dispuso desistir en su búsqueda y avocarse a la
recolección de pruebas.
A nueve años de la
masacre, la justicia federal de Bahía Blanca dio por decaída la citación del
autor de la denominada masacre de Carmen de Patagones y de su familia por no
haber podido, desde el 4 mayo de 2006 hasta la fecha, dar con su paradero. La
medida busca destrabar la parálisis en la que se encuentran todas las causas
civiles mediante las que las víctimas buscan resarcimiento por los daños y
perjuicios sufridos.
La tragedia tuvo el
triste privilegio de ser la primera masacre escolar registrada en América
Latina. El entonces presidente Néstor Kirchner dispuso dos días de duelo
nacional y en todas las escuelas del país se realizó una jornada de reflexión
en la que se leyó una carta enviada por el Ministerio de Educación a todos los
establecimientos educativos del país
Hoy Evangelina, Hernan
y Sandra ya no están. En la escuela tres árboles yerguen en el patio del
colegio en su honor. Símbolos de vida para recordar las almas que aquella mañana
del 28 de septiembre se derrumbaron entre las baldosas del piso de un aula.
El
caso en los medios visuales
El programa de
televisión "Instinto Asesino" de Discovery Channel, que cuenta con
seis episodios donde se muestran los crímenes que estremecieron a América
Latina en los últimos tiempos, narra los hechos ocurridos en la Masacre de
Carmen de Patagones en su tercer episodio, "Masacre Escolar", que se
estrenó el 22 de marzo de 2010.
En 2006 la Editorial
de la Universidad de La Pata publicó el
libro "Crónicas de una masacre escolar" del periodista y docente
Pablo Morosi.
Canción: “Welcome
to the machine”. El
nombre de una canción de Pink Floyd que Rafael escribió en su pupitre.
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