Hoy las ratas invaden la escena
del cuádruple crimen de La Plata, a casi dos años de la masacre, los roedores
se adueñan del departamento del barrio La Loma. Aquel departamento que comenzó
a llamar la atención el domingo 27 de Noviembre de 2011 a las 08:30, cuando un
vecino del Ph de la calle 28, abrió la puerta de su departamento para salir y
vio unas manchas, similares a sangre, en el piso del pasillo y la puerta del
departamento quinto, donde vivían, Susana, Bárbara y Micaela, aquella puerta
que permanecía entreabierta.
Inmediatamente el vecino llama al
911 y al llegar al lugar los efectivos policiales de la Comisaria Cuarta de La
Plata, se encuentran con un escenario fatal. Todo el departamento se encontraba
a oscuras y con pocas entradas de la luz del día, pero, a simple vista, se
apreciaban enormes charcos de sangre en todas las habitaciones y cuerpos
tirados y desparramados por todo el departamento.
Cuatro cadáveres, con poca data
de muerte: Susana de Bártole (62 años), Bárbara Santos (29 años, la hija de
Barttole), Micaela Galle Santos (11 años, hija de Bárbara) y Marisol Patricia
Pereyra (35 años, amiga de la familia).
Todos los cuerpos presentaban
serias heridas de arma blanca, dos de ellas casi fueron degolladas por completo
y no había señales de robo.
Según el expediente, los
asesinatos se realizaron en el siguiente orden: primero en la bañera fue
degollada Bárbara Santos, a quien también se la atacó con un palo de amasar;
luego fue asesinada la madre -Susana de Barttole- en el living y finalmente fue
atacada Micaela Galle Santos, la nena de 11 años. Y cuando ya estaban
ejecutadas las tres mujeres, llega Marisol Pereyra al domicilio, quien,
lamentablemente, fue atendida por la persona que cometió el triple homicidio
hasta ese momento y cuando ingresa la agarra de los pelos, la hace golpear
fuertemente con una mesa de cerámica para luego degollarla.
A las pocas horas del denominado
Cuádruple crimen de La Plata, la policía detuvo al novio de Barbará, Osvaldo
“karateca” Martínez (27), quien era sospechado por una cuestión de celos
enfermizos y creen que eso lo habría llevado a concretar la matanza, según el análisis del fiscal a cargo Álvaro
Garganta. Martínez era el novio de Bárbara,
desde hace poco más de dos años. Sin embargo, las pericias aseguraban que el
único imputado no presentaba manchabas hemáticas en ninguna parte de su cuerpo,
ni tampoco presentaba lesiones de rasguño reciente, y tampoco los rastros
genéticos encontrados en la vivienda pertenecían científicamente al único
detenido.
Desde allí comenzaron a tejerse
mil y una hipótesis, desde una supuesta venganza por una deuda de juego, hasta
que el padre de una de las víctimas era vendedor de droga. Todos en la
actualidad dadas de baja.
Dentro de semejante masacre, que
no se dudo en catalogar como Femicidio, hay una historia paralela y particular
que es la de Marisol Patricia Pereyra, de 30 años y amiga de la familia.
Marisol, era enfermera y el sábado había
solicitado un remis, en su trabajo, para dirigirse a la casa de su amiga
Bárbara. Trataba en lo posible, de viajar siempre con el mismo chofer, por una
cuestión de confianza y seguridad. Marcelo Tagliaferro, era conductor del remis
y una persona de confianza de Marisol, y se convertiría en un testigo clave del
caso, aunque sus declaraciones no lo dejan descartado de la misma
investigación. Fernando Burlando y su estudio de
abogados tomó la causa como uno los querellantes representando a la familia de Marisol Patricia Pereyra, y él mismo afirmó que "de pura casualidad" el
remisero no fue una víctima más.
Tagliaferro, se presentó en la
comisaria actuante, para denunciar que presumía tener una huella el supuesto
asesino en su vehículo. Esta declaración la hace casi 24 horas después del
hecho. El remisero asegura que vio a Osvaldo Martínez salir de la vivienda a
recibir a la cuarta víctima, Marisol Pereyra cuando él la llevó a esa
dirección. Además, el testigo informó a la justicia que su vehículo fue tocado
por el joven dejando una mancha de sangre tras un manotazo que el imputado le
había propinado. Pero las manchas luego de una prueba de luminol fueron
desestimadas.
Debido a esto, 38 días después del brutal
crimen Osvaldo “El karateca” Martínez era liberado por la cámara de apelaciones
bonaerense tras considerar que no había pruebas para dejarlo detenido, pero si
continuaría imputado en la causa.
Pasaron más de 4 meses hasta que
un buen lunes una noticia dejaba sin palabras a los familiares tanto de Osvaldo
Martínez como de las víctimas, era detenido esa mañana Javier Edgardo “La
Hiena” Quiroga como supuesto autor material del asesinato. De esta persona, que
trabajaba como albañil en la vivienda, se encontraron rastros de ADN en varios
lugares del departamento que habitaban las víctimas de la masacre. Así fue que
“La Hiena” Quiroga, quedó detenido por los homicidios, mientras que Osvaldo
“Karateca” Martínez, quedó sospechado de instigar el cuádruple crimen.
Casi dos años después, en el
pasado mes de agosto la Cámara de Apelaciones en lo Penal de La Plata rechazó
un pedido de sobreseimiento definitivo presentado por la defensa de Martínez.
Entonces, Osvaldo “Karateca” Martínez y el albañil Javier “La Hiena” Quiroga
–hoy preso– deberán sentarse en el sitial de los acusados cuando se lleve
adelante el juicio oral por el cuádruple crimen de La Plata.
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