Libro:
Asesinos
Compilador:
Álvaro Abós
- Perdimos
el tren expreso de Arthur Conan Doyle
Comienza
con la confesión de Herbert de Lernac, condenado a muerte en Marsella, quien
revela el misterio de uno de los casos criminales más inexplicables: la
desaparición del tren expreso que se dirigía de Liverpool a París, donde
viajaban el señor Louis Caratal y su custodio. Los meses pasaron y la policía
jamás encontró el tren a pesar de las diversas investigaciones. Louis Caratal
estaba a punto de revelar un escándalo político y financiero que comprometía la
carrera de numerosos líderes franceses.
- El
hacha de oro de Gastón Leroux
A una
anciana le dan un regalo en agradecimiento por sus notas musicales. Le regalan
un prendedor con forma de hacha de oro. Pero el regalo la enloqueció. En su
pasado ya se había topado con un hacha similar pero de verdad y cubierta de
sangre. Pertenecía a su marido, un “comerciante de madera”, oficio heredado de
su padre. Pero ella sentía que él le ocultaba algo, porque desde que reemplazó
a su padre fallecido, cambió su actitud jovial y alegre por una tristeza
desconsolada, a pesar de quererla ocultar. Un rico amigo de la familia, el sr
Gutman le había prometido dejarlo como su único heredero y finalmente el señor
Gutman apareció asesinado. La señora desconfío de su marido y más aun al ver
que escondía en un cuarto bajo llave un hacha ensangrentada. Se dirigió a la
corte donde iban a sentenciar al asesino de Gutman, no le quedaba otra que
denunciar a su marido, pero al entrar allí se llevó la peor de las sorpresas.
- El
mono que asesinó de Horacio Quiroga
Guillermo
Boox paseaba por el Jardín Zoológico y se detuvo en la jaula de los monos,
desde allí escucho decir: “El río está creciendo” lo que provoco en el una gran
agitación, pero nadie había allí. “abran la puerta” y “ibango, el león” fueron
las próximas frases del mono gibón que se encontraba sentado y cruzado de
piernas. “si, si, pero ¿donde?” le respondió Guillermo, quien no entendía
porque esas palabras lo estremecían, algo dentro suyo respondían a esas frases
que para su conciencia eran sin sentido y más aun al ser dichas por un mono.
¿Cuantos
quedaron? Le pregunto un dia el mono, a lo que Guillermo le respondió “cuatro”.
Esto finalmente enloqueció a Guillermo que decidió robar al mono.
- La
castellana de Longeville o la mujer vengada de El marqués de Sade
Los
señores de Longeville son un matrimonio pero cada uno tiene su amante, pero
cuando el señor se entera que la mujer tiene un amante lo manda a matar pero
con las astucias de una mujer despechada nadie puede.
- Vendetta
de Guy de Maupassant. La viuda de Paolo
Severini tiene que vengar la muerte de su hijo, Antonio, que fue asesinado por
Nicolás Rivolatti. Ella y su perra Ligera a pesar de su extrema pobreza, tenían
que hacer justicia. Por algo dicen que el perro es el mejor amigo del hombre.
- Una linda
película de Guillaume Apollinaire
- Pluma,
lápiz y veneno. Estudio en verde de Oscar Wilde
- Proceso
por homicidio de Charles Dickens
- Sentimientos
filiales de un parricida de Marcel Proust
La muñeca
de porcelana de León
Tolstoi
Los
sicarios de Midas de Jack
London
Un
asesinato de Anton
Chejov
Markheim de Robert Loui Stevenson
La
usurera de
Fiodor Dostoievski
El gato negro de Poe
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